EL TEMOR DE DIOS
En el judaísmo y el cristianismo, el temor de Dios es uno de
los dones del Espíritu Santo, el cual inspira reverencia de Dios y temor de
ofenderle, y aparta del mal al creyente, moviéndolo al bien. Es el don que nos
salva del orgullo sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina. Por el
temor de Dios se llega al sublime don de la sabiduría.
El temor puede ser saludable, hay un temor propio y otro
impropio. El temor puede hacer que la persona proceda con la debida cautela
frente al peligro y de este modo evite la calamidad; o puede ser mórbido y
acabar con la esperanza, lo que debilita la resistencia emocional y puede
llegar al extremo de ocasionar la muerte. El temor de Dios es saludable;
consiste en un sentimiento de profunda reverencia hacia el Creador, y es un
temor sano de desagradarle por el aprecio que se tiene a su amor leal y bondad,
y debido también al reconocimiento de que es el Juez Supremo y el Todopoderoso,
Aquel que puede castigar o destruir a los que le desobedecen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario