LA FORTALEZA
Es la virtud que nos impulsa a vencer el temor y huir de él.
Es fuerza, entereza y firmeza de ánimo. Ésta nos ayuda a vencer los obstáculos
con ayuda de la inteligencia y la voluntad personal, ser capaces de derrotar
los miedos que impiden dar a nuestra vida su verdadero sentido.
Muchas veces el dolor, provocado por circunstancias
inesperadas y que en ocasiones son banas, logra ser tan fuerte, que nos abruma,
nos nubla la razón y hasta hace que renunciemos a la vida misma. Los que se
dejan vencer por el dolor caen en la desesperanza y finalmente caen derrotados
y vencidos para luchar. El dolor es tan solo una reacción a la impotencia,
quisiéramos que pasara rápido el tiempo para olvidar el momento difícil y que
pueda existir una paz y una estabilidad emocional en nuestro interior. No
obstante, mucho depende de nosotros mismos para que el dolor pase.
Podemos decir que el valor de la fortaleza es indispensable
en el desarrollo humano para resistir muchos de los momentos lamentables que
nos acontecen en nuestra vida y que desafortunadamente estamos expuestos a
padecer.
Tal es el caso de la pérdida de un ser querido o un amigo
entrañable, el fin de una relación, un divorcio, una enfermedad grave, una
relación tormentosa, el ver que un ser querido se hunde en el alcoholismo o
drogadicción, incluso, no estamos exentos de la influencias directas o
indirectas de aquellas personas acomplejadas negativas y pesimistas que buscan
la forma de causar un daño físico, emocional y psicológico con el fin de
pisotear la integridad física, moral de una persona a base de mentiras,
chantajes, imposiciones, engaños, presunciones, faltas de respeto,
manipulaciones, hipocresía, deslealtad y envidia, entre otros. También de
aquellas que ejercen presión para realizar algo que va en contra de los
principios inculcados en la familia o en la escuela, contraponiéndose a los
valores adquiridos.
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